"Sin investigación ser Patrimonio Mundial no tendría sentido, porque es el conocimiento de los monumentos lo que realmente les da valor"

carmen laraCarmen Lara Astiz, nacida en Estella-Lizarra (Navarra), es una arqueóloga con amplia trayectoria vinculada a la Menorca Talayótica. Estudió Geografía e Historia y se especializó en Arqueología Prehistórica en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su experiencia la ha llevado a participar en excavaciones en varios lugares como Menorca, Navarra, Cataluña, Francia y Chipre.

Actualmente jubilada, trabajó en el Departamento de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona durante doce años, y de 2003 a 2009 como jefa de las brigadas de arqueología del Servicio de Patrimonio del Consell Insular de Menorca. Entre 2009 y 2010, fue archivera en el Archivo Histórico de Maó, y trabajó en la Fundació Foment del Turisme de Menorca desde 2010 hasta 2022 como responsable de turismo cultural. Ha publicado varios artículos de investigación y ha dado diversas conferencias en todo el estado y en Francia. Es miembro del IME (Institut Menorquí d'Estudis) y del GRAMPO (Grupo de Investigación Arqueológica del Mediterráneo y Oriente Próximo) de la UAB.

Llegó a nuestra isla para colaborar en las excavaciones de Talatí de Dalt junto a colegas del Museu de Menorca. Desde entonces, ha participado en proyectos como Biniai Nou, Son Olivaret, Fort Marlborough, Torre d'en Galmés -proyecto que codirigió durante quince años-, o la documentación de la Cova des Càrritx, entre otras intervenciones arqueológicas. También ha dirigido un gran número de controles arqueológicos en varios yacimientos de la isla, en las actuaciones promovidas por el Consell Insular de Menorca.


¿Por qué se decantó por la arqueología? ¿Cómo nació su interés por esta disciplina?
Desde pequeña me había atraído todo lo que podía leer sobre excavaciones de todo el mundo, también me atraía mucho la geología. Empecé por excavar restos medievales en mi pueblo, pero cuando fui a la primera excavación de prehistoria, del paleolítico, en Berga, supe que quería dedicarme a esto.

¿Qué le interesó de la arqueología talayótica de Menorca?
La primera vez que vine a Menorca fue para excavar, pero siempre tenía el recuerdo de mi libro de tercero de bachillerato, donde en la portada salía la Naveta des Tudons, así que mi curiosidad fue en primer lugar hacia las navetas; sin embargo, al final me interesaba todo. Todo era diferente a lo que había excavado hasta entonces y muy interesante por ser único.

Ha participado en intervenciones arqueológicas en Talatí de Dalt y Biniai Nou, y en la documentación de la Cova des Càrritx. ¿Cuál es el proyecto que más le ha marcado como investigadora?
La Cova des Càrritx fue muy diferente por los restos arqueológicos que se documentaron con un ritual de entierro tan desconocido. De todas formas, no excavé, sino que lo que hice fue la planimetría, en concreto las secciones del interior y la planta y las secciones del exterior de la cueva. También dibujé todo el material en hueso y metal que se documentó en la cueva, así que disfruté y aprendí mucho.

Su ámbito de estudio son las estructuras de combustión de la época talayótica: hogueras, hogares, hornos. ¿Qué información pueden dar sobre nuestros antepasados?
Es un tema que me apasiona mucho, así como otros tipos de material doméstico que documentamos construido en tierra. En cuanto a las estructuras de combustión, la información que nos dan está relacionada con las costumbres, tipos de hábitat y la forma de alimentarse de las personas que habitaban los espacios domésticos, o también están relacionados con su economía. Por ejemplo, en Torre d'en Galmés, en el interior de las casas, de los círculos, hemos documentado chimeneas donde cocinaban los alimentos, donde hemos podido documentar fogones de cerámica, muy recurrentes en la prehistoria peninsular.

También se pueden identificar restos de semillas carbonizadas de cereales. Se han documentado hornos, que servirían para fabricar cerámica, o puntos de combustión con restos de escorias de metales que evidencian áreas de trabajo metalúrgico. Muy interesante fue el hallazgo, en el interior de un círculo de habitación, de un brasero construido en tierra, con la solera rubefactada, donde debían de poner los carbones que se trasladaban desde la hoguera -situada en el patio de la casa- a la habitación de descanso para calentarla e iluminarla. Toda esta información, con otros restos materiales que se documentan y la propia arquitectura de las casas, hace que demos funcionalidad a los diferentes espacios que la conforman, y que nos informa sobre los modos de vida de estas personas que vivieron en la prehistoria de la isla.

carmen lara¿Cuáles de los proyectos que están ahora en marcha despiertan más su interés?
En mi opinión todos son muy interesantes porque todos aportan mucho al conocimiento de la prehistoria de Menorca, pero sin duda lo que me despierta mucho interés es la excavación de las taulas. Ya hace años que un equipo de arqueólogas ha estado excavando uno de estos edificios y pueden aportar mucha información que todavía nos falta. Así que esperaremos con muchas ganas todo lo que puedan decir sus investigaciones.

Participó intensamente en las diferentes etapas de preparación de la candidatura de Menorca Talayótica a Patrimonio Mundial. ¿Cómo ha vivido todo este camino?
Pues con mucha ilusión. Estuve desde el primer expediente en el comité técnico y hasta ahora que ya somos Patrimonio Mundial. Ha sido un camino muy largo pero muy intenso. Siempre hemos trabajado sin bajar la guardia, con la participación de muchísima gente haciendo los diversos estudios para el expediente, con muchas ganas, y ha merecido la pena porque la recompensa ha sido muy grande. Menorca lo merece porque posee un patrimonio arqueológico único y con una conservación excepcional.

¿Qué retos ve para Menorca Talayótica ahora que ya somos Patrimonio Mundial?
Ahora realmente es cuando comienza la etapa importante de gestión, a través de la Agencia Menorca Talayótica. De retos, muchos; ya somos Patrimonio Mundial y no debemos perder el norte. Ahora es cuando debemos poner en valor lo que tenemos con mucho cuidado: el mantenimiento de los monumentos y su conservación es lo primero. Una buena gestión de cara a las visitas, continuar con la pedagogía que se realiza con las excursiones programadas dirigidas a la población de Menorca, a las escuelas... Y también es muy importante la investigación, que es lo que llenará de contenido el conocimiento sobre los yacimientos y que es la base de la Menorca Talayótica. Sin investigación ser Patrimonio Mundial no tendría sentido, porque es el conocimiento de los monumentos lo que realmente les da valor y es lo que da respuesta a los restos que conforman este paisaje, que a su vez es el día a día de lo que ven los menorquines y las personas que nos visitan.

Desde su experiencia en gestión del patrimonio histórico, ¿cómo cree que debe enfocarse la relación de la Menorca Talayótica con el turismo?
Hacer difusión pero con cabeza, es decir, controlar lo que estamos vendiendo. Siempre hay que pensar en la presión del turismo en los monumentos y eso es lo que debe controlarse, la monitorización de los yacimientos, que es la herramienta que forma parte del plan de gestión redactado. De esta forma controlamos el yacimiento y en cada momento se puede activar el plan que requiera cada situación, para corregirla en el menor tiempo posible y evitar afectaciones no deseadas en los monumentos. También es importante el tipo de información que transmitimos al turista, que sea pedagógica, que enseñe a disfrutar del yacimiento que se visita con respeto.

 

 
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